miércoles, 18 de julio de 2012

 
            ¿DÓNDE ESTÁ EL PUNK CUANDO SE LE NECESITA?
         Harto ya de estar harto ya me cansé lo que pasa es que, al contrario de Serrat cuando vasilaba con su pelo largo y su camiseta blanquipop, yo ni tengo veinte años ni puedo permitirme vagabundear por más tiempo pues se me acaba el subsidio del desempleo, así que decidme: ¡¿dónde está el punk con el que vomitar toda esta ira social que me sacude?!!!
       Cuando yo era pequeño había grupos punkis que se metían con la policía y rimaban “puta sociedad/es una asquerosidad” y rompían escaparates a pedradas sin importarles que tal entretenimiento juvenil estuviese severamente condenado por Joaquín Luqui (que nos mira desde el Cielo). ¿Y ahora? En medio de la mayor hecatombe social y económica que hemos vivido en años, el rock, el pop y la canción melódica guardan silencio. Bueno, Russian Red salió a decir que ella es de derechas. No me extraña. La verdad es que todo el pop modernito tiende al derechismo o más concretamente atufa a pequeñoburgués, clasista y facha, como ustedes prefieran y que me perdone el Rockdelux. Son todos (o casi todos) chavalitos de Barcelona con vastos conocimientos sobre complementos de moda y gafas y marcas y deseosos de ser patrocinados por Rayban (qué chulo) y en su inmensa mayoría se dedican a la recreación paródica pero donde hay parodia no hay verdad ni sitio para el coraje aventurero del rock y el punk o sale, más bien, el punk chorra que tuvimos en la Transición o Movida Madrileña, es decir, esa Alaska de Dios a la  cual todavía nos encomendamos y encima ahora acompañada de un novio mariquita y unos amiguetes en plan Warhol mal digerido, como The Factory con churros. Disculpen si me estoy pasando de la raya pero una digresión sobre la ausencia del punk no puede eludir un cierto tono punk y estoy hasta los mismísimos cojones de baladitas folkies, Beach House, el Sonar, Primavera Sound y toda esa mierda edulcorada que no es otra cosa que los toros y la verbena con limoná de cuando el 98 y Baroja, la multitud feliz y contenta mientras la colonias caen. Coño, que la gente hasta va con niños a esos festivales, que me acerqué al Universimad a ver a Deluxe y Nacho Vegas y había bebés y no al estilo Woodstock, chupando de la teta como criaturas watusis, no, estoy hablando de bestezuelas con miniconverse’s en los pies dentro de carritos conducidos por padres con gafas de pasta y madres tatuadas, y no, no, no, no y mil veces no, por muy moderno que sea usted, por Dios, lleve a sus hijos al teatro a cantar con el peluche de Gerónimo Stilton, esto es otra cosa, ¡esto debiera ser otra cosa!
  El rap ni está ni se le espera. El rap en mi época era Public Enemy escupiendo su fight the power y Rosie Pérez lanzando fintas con guantes de boxeo, ahora el rap (creo) son chistes y competiciones de meadas aunque tal vez siga suponiendo nuestra última esperanza.
       ¿Dónde esta el punk cuando se le necesita? ¿Dónde la protesta? Leí en el fenecido (y en breve resurrecto) diario Público que los cantautores pop se habían dado a la protesta feroz pero luego escuché lo que decían y o no lo entendí o eso no es lo que yo considero protesta. Sr.Chinarro, decían, está de lo más marxista-leninista-pensamiento Enver Hoxha. Y yo sin comprender nada. Porque la protesta tiene que ser obvia, no valen subterfugios, no valen sutilezas, véase Gallo negro, gallo rojo o L´Estaca o, si no, miren a los fabulosos Ska-P. A mí siempre me gustaron los Ska-P porque su Vals del obrero conectaba de inmediato con mi corazoncito de chaval de Vallecas emigrado a los barrios altos por equivocación. Los del Tentaciones arrugaban la nariz mientras bramábamos “este es mi sitio/ esta es mi gente/ somos obreros/ la clase preferente” pero es que los del Tentaciones siempre han vivido en los barrios altos (o aspiraban a ello) y por eso sólo una vez desfruncieron el ceño y dedicaron un par de páginas a los mohicanos de Vallecas haciendo hincapié en que petaban grandes auditorios en América Latina.
       ¿Dónde está el punk, dónde la banda sonora de una sociedad con un pie en el apocalipsis social? ¿Qué escuchan los canis y demás entes del polígono que se dedican a consumir vorazmente cubos de botellines de cerveza en La Sureña (3 euros=5 botellines)? Esa es otra. Porque me temo que el empeño en construir esa cultura acumulativa propiciada por internet (tengo 200 millones de canciones en el ipod, tío) ha aniquilado la pasión por la música. En mi adolescencia se regalaban discos, lo juro. ¿Cuándo fue la última vez que regaló usted un disco, cuándo se lo regalaron a usted? ¡Si ni siquiera hay tribus urbanas!
       ¿Dónde está el punk cuando se le necesita? Al menos en la radiofórmula había huecos por donde colarse a escupir al sistema, ahora ni eso. Bueno, están Amaral y Pereza y tal. O El Canto del Loco. Grupo al que suelen atizar a conciencia los modernos aunque no creo que haya gran distancia entre su propuesta y la de más de un indie patrocinado por San Miguel. Yo qué sé.
       En fin, necesitaba desahogarme. Ahora me pondré el God save the queen de los Pistols y London Calling de los Clash (soy previsible, ¿verdad?) y a lo mejor también algo de los Ramones. Sólo pido eso. Que alguien levante la voz y que la música vuelva a ser, realmente, cultura popular presta a apoyar toda insurrección necesaria y no solamente melodía de ocasión para la promoción publicitaria de un refresco.

jueves, 12 de julio de 2012

POLIS CONTRA SKATERS

Hey, mirad esto: http://vimeo.com/45610208. ¿A qué mola? Madriz me mata. La poli es azuzarla y el pim pam pum está asegurado. Be revolutionary, be cool sugieren los signos en las camisetas de los nuevos disconformes. Por la mañana hubo miedo y asco en la carrera de San Jerónimo y mientras el presidente procedía a anunciar la demolición de España, un Rubalcaba momificado farfullaba desde la tribuna, falto de fuelle, extenuado, todavía en el ensueño pactista de la vieja Transición o de los días amables en que banqueros y constructores fumaban cohibas en el palco del Bernabeú, aquellos dulces días de vino y rosas que (¡ay!) no volverán. Claro que ya en las calles, a esa hora, los mineros dejaban un propina de sangre y embestían como mihuras contra los uniformados, doblándoles la porra y obligando a los agentes a desahogarse golpeando a mujeres, niños, ancianos y disminuidos mentales. Luego también sucedió que los políticos del Gobierno tuvieron que salir por la puerta de atrás del Congreso porque delante de los leones aguardaban funcionarios iracundos. Cundía la indignación por doquier en la ciudad y hubiera podido reventar  un 2 de mayo de navajas y modistillas destripando caballos con las tijeras pero hacía un calor que no veas, todo llegará, en septiembre nos vemos, a la vuelta de Santa Pola. En los bares, al mediodía, los parroquianos chupaban las cabezas de gamba con especial inquina y en los televisores los tertulianos con corbata doblaban la testuz con los pantalones por los tobillos. Grrrrr. La ciudad hervía y ya por la noche el hervor se tradujo en algunos fuegos fatuos que la policía aplastaba con los pies, con la rabia de quien le han quitado una paga extra y encima tiene que hostiar a los que protestan por ello. Cumpliendo con su obligación los agentes antidisturbios acometieron una batida inmisericorde a lo largo y ancho del centro de Madrid, Gran Vía e inmediaciones, empleándose a fondo con las ancianas y los cojos, es la hora de las tortas (como dijera La Cosa), y allá que se encontraron a un mogollón de skaters esperando para entrar al cine y la emprendieron a palos con ellos. Fue, creo, el momento culminante de una jornada rica en iniquidades. Polis contra skaters, polis fuera de sí ante los flequillos de una chavalería yeyé, polis enfurecidos ante la simple visión de una horda tatuada y con gorra que les envió a tomar por culo cuando fue cargada injustamente. Madriz me mata. Vas al cine con tu tabla y acabas recibiendo un par de porrazos en la espalda. Madriz huele a revolución y a gambas a la plancha, los turistas asisten con curiosidad al espectáculo del disturbio callejero, Mariano Rajoy Brey ya tiene su lugar en la Historia y no me extrañaría que fuese apodado Mariano El Breve pues las costuras le van a apretar tanto a la ciudadanía que a lo mejor la ciudadanía prefiere romper escaparates antes que convertirse en mano de obra esclava y sin merienda. Madriz me mata, camaradas. Be revolutionary, be cool.