sábado, 20 de febrero de 2016

DISCREPANCIA CON LAS CORBATAS DE PABLO IGLESIAS

Yo discrepo con Pablo Iglesias con respecto a sus corbatas pero en el resto (en casi todo aunque no en todo) estoy bastante de acuerdo.
Lo que pasa es que no hay manera.
Podemos no tiene quien le escriba (a favor). Entre ciertas torpezas (ejem) y el racaraca en forma de campañas cuasidifamatorias no se escucha cosa buena del nuevo partido.
No hay tertuliano afín a Podemos que salga en la tele porque Podemos (en contra de lo que cree el diario monárquico ABC) no ha repartido todavía prebendas entre la prensa y los periodistas, si no se invita a gambas, no nos mostramos favorables.
Véase el caso de Herman Tertsch, que recibió un milloncete de euros del erario público por cortesía de Esperanza Aguirre (vía Telemadrid) para así preservar su liberalismo y su independencia.
Cuentan que estaba Isabel II en palacio y le anunciaron:
- Han llegado los periodistas, Majestad.
A lo cual contestó (con tremendo tino):
- Denles de comer.
La anécdota seguramente será apócrifa e Isabel II (la reina española que tiene estatua frente al Teatro Real) tal vez no recibió a los chicos de la prensa en su santa vida pero resulta esclarecedora para comprender la idiosincrasia de esta profesión capaz de toda miseria y toda grandeza.
A lo que vamos.
Discrepo de las corbatas de Pablo Iglesias pero que el juicio por blasfemia a Rita Maestre se cubra como una crónica de sucesos en la que la concejala ejerce las veces de criminal no parece lo más lógico.
Menos mal que Rubén Amón escribió una estupenda reflexión al respecto.
Pero pasa lo que pasa.
A Pablo Iglesias se le exige que pida por favor y con la boina en la mano (al modo de Alfredo Landa en Los santos inocentes cuando entraba en casa del señorito) permiso para votar sí a la investidura de Pedro Sánchez. Pero sólo eso. Ya lo de ser vicepresidente es otra cosa y no se puede.
El tonito.
Eso es lo que no gusta a cierto socialismo jurásico e, incluso, a ciertos nuevos burócratas del PSOE.
El tonito de Albert Rivera, el hombre que quiere solucionar las diferencias de condiciones laborales entre los españoles convirtiendo a todos los españoles en precarios, sí gusta más.
Y luego está el abismo generacional.
Cada vez Chani opina en la tele se manifiesta como incontrovertible verdad que algo se hizo mal en la Transición.
El caso es que (intuyo) hay un importante porcentaje de la población infrarrepresentado en los debates televisivos, las columnas de opinión y la vieja prensa. En Twitter no tanto.
Existe un buen número de españoles a los que no les parece tan deplorable la gestión que están haciendo los alcaldes y alcaldesas del cambio, que se espantan ante la detención de titiriteros o el procesamiento de una concejala por su pasado activista.
Un montón de gente a la que se le escapa la risa cuando ven convertido en noticia de alcance el que el ayuntamiento de Zaragoza gastase 16 euros en gomina frente a las pantagruélicas cuentas de restaurante que dirigentes empresariales y políticos del anciano bipartidismo dejó en los cajones de la instituciones.
Millones de ciudadanos a los que indigna que su voto sea denostado a diario.
No está mal que se fiscalice informativamente a Podemos.
Lo de que haya jueces "implicados con la acción de gobierno" fue una idiotez en toda regla (ya corregida).
Que todo lo público sea objeto de escrutinio por parte de la prensa.
Lo que pasa es que mientras la chorrada de la gomina se coloca como noticia destacada en los informativos televisivos no veo que otros asuntos tengan tanta repercusión mediática. Un par de ejemplos.
Ejemplo primero. El diputado regional en la Asamblea de Madrid que espetó a Hugo Martínez Abarca, representante de Podemos, la instructiva frase: "Dínoslo en la calle si tienes cojones".
Ejemplo segundo. La violenta reacción de Pércival Manglano (PP) ante Nacho Murgui (Podemos) tirándole unos papeles a la cara en modo macarra de tugurio.
Y ya no hablemos del regocijo que ha producido ver a un concejal de Podemos acosado por funcionarios públicos (policias para más inri) que le gritaban "perroflauta" y "rojo de mierda".
Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, dijo al respecto (traduciendo sus sinuosas palabras a un lenguaje castizo): "Que se joda".
Luego diremos que Podemos está crispando la sociedad española.
En fin.
Por debajo de toda esa espuma informativa, de las voces y el ruido, hay una España que sigue apostando por cambiar este país y hacerlo más justo y limpio. Un poco de respeto hacia toda esa gente no estaría de más.
En cuanto a las corbatas de Pablo Iglesias, insisto en mi discrepancia.

sábado, 6 de febrero de 2016

LOS TITIRITEROS Y ALFONSO GUERRA

No era (eso seguro) la función de títeres más adecuada para un público infantil pero acabar en la cárcel por algo así resulta un tanto excesivo.
Me recuerda a la vieja historia de ese antifranquista detenido y enjuiciado por su activismo contra la dictadura y cuyos versos repletos de compromiso social fueron presentados ante el tribunal como prueba fehaciente de su condición de sedicioso. Su abogado argumentó: "Hombre, los poemas son muy malos pero tanto como para meter a mi defendido en la cárcel...". El antifranquista acabó en Carabanchel y, por fortuna, abandonó para siempre la poesía.
Pues lo mismo.
Sin que quiera decir  yo que estos titiriteros se asemejen a los heroicos antifranquistas ni que esta democracia imperfecta sea como la dictadura de Franco.
Que todo hay que explicarlo (no vaya a ser que a uno le muerda, en un descuido, Eduardo Inda).
El caso es que el tema de los títeres con mensajito antisistema va a ser asunto de conversación en las largas horas de tertulia televisiva y, de nuevo, servirá a la derecha cavernaria para demonizar a las nuevas fuerzas del cambio.
Contará esa embestida con la inestimable colaboración de cierta progresía avejentada que odia con toda su alma lo que que significa Podemos, las confluencias, los alcaldes del cambio y demás novedades políticas surgidas del 15M.
Alfonso Guerra ha dicho que la gente de Podemos son unos niños malcriados y que le recuerdan a los del 23F. ¿Pablo Iglesias igual que Tejero? Si cierto columnismo paleoprogre le ha calificado de bufón mussoliniano, ¿por qué no?
Lo de niños malcriados suena a reproche de padre que mientras desayuna ve entrar por la puerta a su hijo con evidentes síntomas de haber bebido, follado y disfrutado de lo lindo toda la noche y va y le echa la bronca.
El poder se toma generacionalmente, según dijo el propio Felipe González, y eso (claro) jode bastante a quien lleva desde 1978 sentando cátedra.
Pero, qué se le va a hacer, los tiempos están cambiando.
Y, por supuesto, hay a quien eso no le gusta absolutamente nada.
Está la derechona de siempre a la que cualquier gobierno de izquierdas le viene mal (la campaña contra Manuela Carmena repleta de polémicas chorras es calcada de la que se hizo a Zapatero) y está una generación de socialdemócratas gris marengo de la Transición a los que Podemos provoca una urticaria digna de mejor causa.
Yo creo que Felipe, Guerra y otros socialistas de antaño ven en los jóvenes de Podemos su propia juventud traicionada.
Pero tampoco es para tanto.
En una tertulia apocalíptica de la radio estaban pronosticando el Armagedón debido al gobierno de Podemos y confluencias en los ayuntamientos y, con toda tranquilidad, dijo Ramón Tamames: "Pues a mí me recuerda a cuando nosotros comenzamos a gobernar desde el PCE y el PSOE. Nos dijeron de todo y éramos igual de jóvenes y luego no pasó gran cosa".
O sea que (insistamos) no hay que exagerar.
Y en cuanto a los titiriteros, aduzco en mi defensa que no he visto la obra y que no basta con sacar un cartel de Gora Alka-ETA para que ello sea apología del terrorismo porque también en un capítulo de McGyver salieron etarras con cara de mexicanos y nadie demandó al aventurero que con un abrelatas te abría una caja fuerte.
Relajemonos que nos va a dar algo.