Tras provechosos meses entrevistando a desopilantes modelos acerca de rutinas de belleza y hábitos saludables para el correcto tránsito intestinal estoy otra vez aquí. Todo está en el mismo sitio, la catástrofe redundando, la misma lluvia, un sol que dobla las esquinas (furtivo aún), tremendas ganas de hacer la revolución (pero sólo después de la siesta) y los monstruos marinos defendiendo sus posiciones. Pasa un pájaro por la ventana y escucho las mejores canciones del pop nacional 2012 según los lectores del Rockdelux y todas las canciones no hablan de mí, en realidad todas la canciones no hablan absolutamente de nada, puro runrún naif, melodías amables como de otro planeta, sin significado alguno. ¿Son todos los componentes del indie nacional vástagos de familias adineradas? Aparte de dejarse crecer la barba y fotografiarse guapos, ¿por qué les es ajena la rabia, la desesperación? Qué les jodan, me digo. A ver si vuelve el punk. Leo El fin de la España de la Transición que edita eldiario.es y me molesta un poco que yo no esté ahí, a mi me gustaría escribir en un sitio así pero me niego a formar parte de un club que me acepte como socio y (por otro lado) el cuaderno de marras sobre la Santa Transición está muy bien y sólo me da risa el artículo de mi (por otra parte admirado) Rafa Reig. Que debiera haber titulado (el artículo) ¿y yo qué? Resumen del mencionado artículo (disculpen la redundancia): la cultura de la España franquista fue una puta mierda y la de la democracia también. Cabrones. Hombre, no hay que exagerar. Pero conste que Rafa Reig es un novelista excelente (y lo digo sin ironía alguna). ¿Qué más? Ah. También decirles que los idus de marzo no aparecen por ninguna parte y el sistema se resquebraja pero muy lento y aunque he plantado pepinos en mi terraza (tal y como se recomendó en las últimas asambleas de barrio del 15M) no he hallado señales visibles del fin de los tiempos y Mariano Rajoy Brey sigue saliendo en la tele igual, como si le sudase la polla todo. He vuelto. Regreso a la bohemia, a la poesía y a la trinchera. Carabina 30 30. Las desopilantes modelos (por cierto) resultan de lo más interesante, ya les contaré.
Dudo.
¿Y a quién coño le importa todo esto?
Es la eterna pregunta, la melancolía en bucle que truena en el eter del ciberespacio.
Escribimos para que otros lean nuestras neuras y nos aplaudan.
Escribimos para que nos insulten nuestros enemigos.
Escribimos porque el mundo es un lugar hermoso y terrible.
He vuelto y todo está en el mismo sitio, apenas una vacilación en la luz cambiante del crespúsculo (el agua de la primavera, los besos de una pelirroja, la posibilidad de una isla) y el tic tac de los relojes redoblando en la tarde.
Mi gata sostiene que todo esto es muy extraño.
Supongo que la c) el mundo es un lugar hermoso y terrible. ¿Desopilante? Por favor, ya sé que no hay muchos motivos para ello, pero no me importaría reír a mandíbula batiente y el correcto tránsito intestinal es un tema que promete. Y sí, las canciones ya no hablan de mí.
ResponderEliminarBienvenido.
Tras la vuelta todo sigue igual, aunque por dentro quizás todo esté por estallar!
ResponderEliminarQuizá escribamos para recordar, que aún seguimos vivos. O para sentirnos vivos. Quizá por qué sí, que es la razón más potente. Todo sigue igual, con matices y a veces, esos matices, hacen que todo sea distinto.
ResponderEliminar¡Buenos días! Lector Disperso.
Tic-Tac.... canta Pablo Moro.
¡Salud!
¡Sorpresa agradable tu vuelta!. Seguimos aquí...
ResponderEliminarWelcome back... nos vemos en los templos de la noche. Donde habita el olvido.
ResponderEliminarDescubro hoy este blog. Esperando los Idus de marzo nos encontramos, que gracia la referencia. Hace unos días pensaba en ellos. ¿Llegarán? Llegarán, sostiene mi gato.
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