jueves, 15 de diciembre de 2011

¿DÓNDE ESTÁN LOS PATRIOTAS?

En España el patriotismo es una cosa que sirve para burlarse de lo raro que hablan los catalanes e insultar a los vascos separatistas. En España, para entendernos, el patriotismo es sólo de consumo interno. El español deja el patriotismo en casa cuando sale fuera. No resulta raro, por tanto, que (gobierne quien nos gobierne) cada vez que Berlín exige una cesión de soberanía sea nuestro país quien primero levanta la mano. Ya sé que para un filósofo que hemos tenido no es cuestión de desdeñarlo y que dijo eso de "España, el problema, Europa, la solución" pero un mínimo resorte crítico no vendría nada mal a esta nación de naciones en la que, a duras penas, convivimos. Por Dios, que hasta los húngaros se lo pensaron un rato antes de doblar la testuz ante el Diktat germano en la última Cumbre. Luego están los corresponsales en Bruselas, más papistas que el Papa en cuanto a europeísmo se refiere, intoxicados de mejillones y patatas fritas y licores trasegados a expensas de generosos euroburócratas, felices noches de francachela y pasiones turbias. Y todo ello conduce al acatamiento acrítico con el que se ha asumido que Frau Merkel convierta el Viejo Continente en una suerte de protectorado prusiano.
Sarkozy ha capitulado, Francia (otra vez) ha optado por Vichy y en la Torre Eiffel ondea la bandera del Bundesbank.
Y aquí, ¿dónde se esconden esos patriotas siempre prestos a besar la sagrada enseña nacional? En la práctica, lo que Europa ha aprobado estos días es la renuncia de los países miembros al control de su política económica. A sus ordenes. Los británicos, a los cuales hacen burlas el resto de los europeos, han decidido no sumarse a este consenso. Tal vez se equivoquen. O, más exactamente, tal vez su rechazo parta de razones equivocadas. Pero, al menos, han sido coherentes con ese patriotismo del que hacen gala los habitantes del otro lado del Canal, a excepción de los escoceses, que también son patriotas pero de lo suyo.
Siempre podemos recurrir al tópico (tan simpático para los editorialistas): La salvación de Europa es más Europa. Elegante solución argumental que no significa absolutamente nada pero nos coloca en superioridad moral con respecto a nuestro contrincante, cetrino y con rasgos africanos a cada ocasión que cuestiona los tejemanejes de Merkozy y el BCE.
O sí, sí podría significar algo el lema anteriormente mentado si significase que vamos a votar la elección de un gobierno europeo y un presidente europeo o, en su defecto, que nos dejan elegir una parte de los escaños del Bundestag. Pero no. Eso no está en la agenda.
Lo que incluye la agenda, por el momento, es un régimen drástico que nos va a dejar en los huesos. Austeridad y manos atadas a los gobiernos en cuanto a gasto público. Hay economistas reputados (un tal Krugman, por ejemplo) que insisten en defender el papel del Estado como inversor que facilite la salida de la crisis. Frau Merkel no lo cree conveniente y ya se recomienda que los asalariados cobren 400 euros si quieren trabajar.
¿Dónde están los patriotas?¿Dónde el viejo orgullo español de ensoñaciones imperiales? ¿Dónde la espada de Alatriste? Up patriots to arms. Toca organizar la Resistencia. Ciudadanos, votar no valdrá de nada si el margen que se nos da para decidir la política económica es insignificante.
No hay alternativa, braman aterrados los realistas, los moderados, los proclives a la rendición.
Eso mismo, hace mucho tiempo, comentaban los parisinos en los cafés y, poco después, veían partir del Velódromo de Invierno trenes con carga humana con destino a las llamas de Auschwitz.
Los alemanes vestían de gris. Tu de azul.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

HAN GANADO

Opino que la propiedad privada es un robo. Pero dentro de un orden. Me refiero a que si hay que emprender la colectivización de los bienes privados lo lógico me parece empezar por los multimillonarios. O por las grandes operadoras de telefonía que dominan la red. Sin embargo, el lobby internauta defiende que, antes que nada, se ha de colectivizar la propiedad intelectual, las canciones y las películas y los videojuegos preferentemente. Me rindo. La discusión es imposible. Los talibanes neotecnológicos han impuesto su discurso y todo lo que vaya en su contra es calificado de reaccionario y (¡anatema máximo!) de senil, antiguo, decimonónico, antediluviano, propio de épocas pretéritas. Y dado que los medios convencionales y los tertulianos de cierta edad tienen verdadero pánico a que se les ubique en la Edad de Piedra, medios convencionales y tertulianos de cierta edad (que son casi todos) dan la razón a los internautas talibanes y se acabó lo que se daba. Han ganado la pelea de la opinión pública. Admitámoslo. Hoy leo en el diario Público que, incluso, creadores como Nacho Vegas y reputados raperos defienden la idea de que la piratería difunde la cultura y beneficia a los artistas porque así les salen conciertos en Quito. Pues muy bien. Y luego está esa melonada que forma parte del argumentario habitual: como los piratas son hábiles y burlan la ley mejor triturar la ley o, dicho más apropiadamente, imponer en la red la ley de la selva. Símil recomendado: poner puertas al campo, barreras al mar.
La discusión es imposible. Defender algo tan simple como que un artista tiene derecho a cobrar por su obra se ha convertido en algo de lo que los listos se ríen. Son Los Internautas. Pero internauta también soy yo, que compro en itunes y pago religiosamente mi cuota de Spotify. No, no, caballero, internautas son ellos y por eso la Ley Sinde se ha quedado en un cajón, lo admitió el propio presidente saliente, José Luis Rodríguez Zapatero:
- Es que en twitter se produjo una reacción de protesta muy importante.
Coño, también se produjo una reacción de protesta muy importante en contra del indulto a un banquero y no se lo pensó usted tanto, presidente.
Y luego sale Enrique Dans, gurú de guardia del lobby, y alardea de haber frenado la ley y del éxito del hastag #cuatrotuiteros con el cual se ridiculizaba a quienes habían criticado que cuatro gatos con cuenta en twitter hubieran dado al traste con la legislación antipiratería propuesta por la ministra de Cultura. Vino a decir Enrique Dans:
- Para ser cuatro menuda la hemos liado, todo el día de trending topic #cuatrotuiteros.
Claro que también #cosasdegordas fue trending topic todo el día, bonita colección de insultos machistas a las mujeres con sobrepeso. ¿Esos son internautas también? ¿Esa turba analfabeta es a quien representa Dans y los suyos?
Pero no, ya lo estoy viendo, ah, usted no comprende la red, yo soy nativo digital, usted no, usted lee libros en papel aún (diría más: ¡usted lee aún!). Del carácter de Los Internautas dice mucho su cruzada a favor del libro electrónico. Si usted defiende que el entrañable libro de papel es todavía superior en muchos aspectos (portabilidad, flexibilidad, resistencia, puro placer estético) resulta que usted es un imbécil redomado. Cada vez que he hablado del asunto con un Verdadero Creyente de la Red la disputa dialéctica se ha zanjado con un comentario despectivo por su parte:
- Estás obsoleto.
Ya está dicho todo. Si no aceptas lo que pretenden imponerte, estás obsoleto. Pero ¿qué más les dará? ¿Por qué ese empeño obsesivo en erradicar toda herramienta analógica? ¿Qué ganan ellos con que yo me compre el librito electrónico de marras? ¿Por qué estos rebeldes de la red siempre difunden filosofías favorables a las grandes corporaciones?¿De qué manera han logrado compañías como Apple convertir a consumidores en esclavos dispuestos a difundir la buena nueva de la manzanita mordida? Estás obsoleto. Punto.
Cunde el talibanismo. Pocas ideas pero firmes. Y por eso la discusión es imposible. Claro que creo que pueden revisarse o flexibilizarse los derechos de autor; claro que asumo que, hace muchas glaciaciones, se abusó del usuario imponiendo precios excesivos; claro que, en medio de todo este debate, una SGAE antipática e incapaz de hacerse entender ante la opinión pública ha hecho mucho daño; claro que (no soy idiota) miro y veo que en la red, por la cara, uno obtiene absolutamente todo. Pero eso no impide que siga pensando que alguien que ha construido una canción, una película, un juego, un libro tiene derecho a cobrar por ello. Y que quien copia y difunde una obra a miles de personas sin permiso está robando.
Han ganado. Bien. Es así. Tampoco nos pongamos apocalípticos. La cultura, la creación, sobrevivirá. Siempre habrá valientes dispuestos a entregarse en cuerpo y alma a una pasión. Pero cada vez serán menos los que puedan vivir dignamente de ello. Aunque a lo mejor en Quito les llamen para dar un concierto. Qué bien.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

NOCHE EN EL MONTE DE EL PARDO

- Detenga el coche.
Ordenó el duque.
- Pero don Iñaki...
Objetó el chófer.
- ¡Que pares el coche, coño!
Se zanjó la discusión y el duque orinó copiosamente en el arcén. Contemplaba la noche estrellada, cuajaban buhos negros los enebros y quejigos, componían a su frente asimétricas geometrías las hojas de los alcornoques y fresnos y chopos, batidas suavemente por el viento de la Sierra de Guadarrama. Le pareció distinguir, en la frondosidad oscura, un bambi.
- Ahí va la hostia.
Venía de ser amonestado por El Viejo.
- Te parecerá bonito.
Eso le había espetado el monarca a su ahora caído en desgracia yerno. El duque se distrajo mirando los dibujos de la alfombra y ya no había atendido mucho más a la reprimenda de su suegro. 
- No te jode.
Había imprecado a la salida de Palacio y se había montado en el coche a toda prisa, sin percatarse siquiera de que la vejiga le reclamaba hace buen rato una descarga urgente. Con que allí estaba, en pleno Monte de El Pardo, atisbando cervatillos ¿Cuándo había empezado todo a irse a tomar por culo?
 - Andrés, ¿tienes un winston?
El chófer quedó sorprendido ante tal petición. Pero, cauteloso y obediente, sacó el paquete de cigarrillos y ofreció uno a su excelencia.
- Vamos a quedarnos por aquí un ratito.
Encendió el pitillo y se internó en la campiña. Exhaló el humo y se dijo qué rico, por Dios, qué bien sienta un pitillito a veces, y eso que yo he sido deportista de élite y. ¿Y qué? ¿Qué más da lo que he sido o dejado de ser? ¿Qué soy ahora? Según la prensa, un golfo, un canalla, un ladrón. Qué injusticia. Qué país de mierda. Yo lo único que traté fue de amasar un capitalito, como cualquier hijo de vecino.Toda España se forraba. Desde el muerto de hambre que, de la noche a la mañana, se convirtió en magnate de la construcción hasta el policastro de tres al cuarto que se lo llevaba calentito en comisiones. Toda España llenándose los bolsillos y, aquí, yo y mi señora a verlas venir, mendigándole al Viejo cada dos por tres, viviendo de prestado. Hasta que un buen amigo me abrió los ojos:
- Pero ¿tu eres gilipollas o qué? ¿Tu sabes lo que están dispuesto a pagar todos esos políticos de provincias por sentar a un miembro de la familia real a su mesa? Despabila, por Dios.
Y sí, así fue, todos pagaban, los mallorquines los que más, y los valencianos no se quedaban cortos y qué, ¿he matado a alguien? Cagüenmisuerte.
Apuró el cigarrillo y lo apagó cuidadosamente, tengamos la fiesta en paz, a ver si voy a prender fuego al monte y ya lo que faltaba, contempló la circundante naturaleza semioculta en sombras, la luna alumbraba un fulgor de brujas, el duque se sintió niño, quiso echarse a llorar. Salió corriendo.
- ¿Dónde va usted? Por lo que más quiera, don Iñaki.
Se internó en el bosque, se rasgó el pantalón de tergal con la jara, cayó al suelo, espantó a un conejo, se subió a lo alto de un alcornoque y se dijo que de ahí no lo bajaba ni Dios bendito.
Andrés lo perseguía a la carrera pero el duque mantenía casi intactas sus capacidades atléticas de antaño y enseguida lo perdió, mucho antes de que el noble se encaramara al árbol.
- Esta sí que es buena.
Andrés, cauteloso y obediente chófer, se dijo que todo tenía un límite.
- Pues sabes qué te digo, qué anda y que le den dos duros, me voy para casa que tengo pisto para cenar.
El duque escuchó alejarse el ruido del motor del coche, trenzando ondas en el silencio boscoso. Una lechuza le alborotó el pelo. Sonrió.

martes, 29 de noviembre de 2011

ESPAÑOL, PROFUNDAMENTE ESPAÑOL

José Bono esa mañana se sintió especialmente español. Profundamente español. En el espejo tremoló el azabache de su todavía tan reciente cabellera. Se puso a pensar. El PSOE es una cosa demasiado seria como para dejarla en manos de una zagalita de Cornellá. Se dijo. Porque todos los catalanes, en el fondo, son de Cornellá. Añadió. Igual que todos los españoles son de Tomelloso, les guste o no. Sostuvo. Un grillo cantaba en lo alto de los leones y Bono echó de menos un gato pero ya daba igual. Los periodistas aguardaban en la puerta devorándose con ferocidad las uñas, dándose empujones, aullando de rabia, imprecando, intercambiando participaciones de lotería. José Bono concluyó sus oraciones. Recordó una copla muy de su gusto: "Si al grito de ¡Viva España!/ otro grito no responde,/ si hay hombre no es español/ y si hay español no es hombre". Besó la bandera castellanomanchega. Se encomendó al Altísimo. Se tropezó y casi se cae al suelo. Dio igual. Abrió la puerta y allí estaban, semidesnudos, los periodistas. Se oían trompetas a destiempo en los pasillos del Congreso, los diputados fumaban en los urinarios, un ujier hacía el amor tiernamente. En el bar Manolo las croquetas seguían riquísimas. Señor Bono, inquirieron los chicos de la prensa. Y manifestó el interpelado:
- Yo quiero que del próximo Congreso del PSOE salga un secretario general que pueda gritar bien alto ¡Viva España!
Hubo grandes aplausos, gorras al aire, un desvanecimiento, a los corresponsales parlamentarios de ABC y La Razón se les empañaron los ojos de lágrimas, fue sustraída una cartera, la periodista de RadioTelevisiónEspañola sufrió un pellizco en la nalga, se desató la estampida, todos salieron corriendo a comunicar a sus respectivas redacciones la proclama recién realizada por el presidente del Congreso y consuegro de Raphael.
Bono contempló a la infame turba huir a la carrera ensuciando las alfombras rojas del Congreso, atolondrándose como niños en la salida del recreo. Les dio su bendición. A los buenos españoles, se dijo, no les interesaban nimiedades como la crisis, el desempleo, la precariedad, la hecatombe económica mundial. A los buenos españoles les preocupaba España.
Amén.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

RECURRAMOS AL TÓPICO

Primero bajaron el sueldo a los funcionarios pero yo no dije nada porque no lo era.
Después fueron a por los enfermos, los ancianos y los que no podían pagar sus hipotecas pero yo no era ninguna de las tres cosas y tampoco dije nada.
Luego vinieron a por los desempleados pero yo tenía trabajo y no hablé.
Al final me tocó a mí pero ya era tarde.
(Variación del poema del pastor protestante Martin Niemoeller atribuído erróneamente a Bertold Bretch)

HARRY EL SUCIO, DE GETAFE A MADRID

Les frieron a tiros. 10 disparos. Ocurrió en una calle de Madrid, otro suceso para el relleno de los informativos de televisión, una mancha de sangre en el asfalto que la lluvia borró de inmediato. David Domínguez, ladrón de coches, recibió un balazo en la cabeza y murió. Su compinche, Roberto García, sobrevivió milagrosamente. Ninguno de los dos iba armado. Obsequiaron a ambos fuego a discreción dos policías locales de Getafe. Venían persiguiendo a la pareja de delincuentes con la idea equivocada de que llevaban a alguien secuestrado en el maletero. Afortunadamente no fue así ya que la víctima del secuestro, si hubiera existido, habría sido también acribillada por efecto de los disparos justicieros. En una calle de Madrid los agentes interceptaron el vehículo, le cortaron el paso, dieron el alto, sonaron las detonaciones y cuando los transeuntes miraron  ya todo era cristal roto y olor a pólvora y un muerto y un herido. Los dos policías aseguran que apretaron el gatillo porque creyeron que sus oponentes iban armados. Ningún arma fue hallada en el coche agujereado.
Hoy leo que los dos agentes locales, al día siguiente del tiroteo, se han reincorporado a sus puestos. No hay expediente ni investigación interna en marcha aunque, eso sí, sus pistolas están en manos de la Brigada de Policía Científica y hay un proceso judicial abierto.  He visto demasiadas películas americanas. En las películas y series policíacas facturadas en Estados Unidos después de que un poli liquide a un tipo desarmado siempre aparece un odioso funcionario mal afeitado y con aspecto de expeler un aliento agrio que se presenta con dos palabras: Asuntos Internos. Y al poli de disparo fácil se le aparta del servicio temporalmente y, aún respetando su presunción de inocencia, se le vigila con severidad. Aquí los dos polis de disparo fácil se reincorporan a su puesto y tampoco nos importa demasiado, qué caramba, el muerto era un viejo conocido de las fuerzas de seguridad y el herido también, dos rateros de mierda, y el mundo es hoy un lugar mejor sin uno de ellos. Puede. Pero es feo que dos agentes del orden recurran a la pistola con tanta ligereza y me gustaría saber por qué demonios no se avisó a la policía nacional a tiempo y de puto milagro no hubo una bala perdida que hiciese blanco en un viandante y no es de recibo que dos ladrones de coches sean abatidos a tiros como si tal cosa.
Sé que la vida de un ladronzuelo es algo insignificante en el mundo en que vivimos. Y creo en la defensa propia, faltaría más. Pero, amigos, lo que me da miedo es que, sobre todo en esas policías locales de esos pueblos y ciudades de Dios, se agazapen Dirty Harrys dispuestos a alegrarse el día sin pensárselo dos veces. En Coslada tuvimos un sheriff corrupto. Ha habido más casos de excesos en otras localidades. No quiero que me protejan pistoleros que, ante la duda, me descerrajen un disparo en la cabeza. Harry el Sucio está mucho más guapo en el celuloide con la cara de Clint Eastwood.
Que avisen a Asuntos Internos cuanto antes.

lunes, 21 de noviembre de 2011

ATRAPADOS EN AZUL

Mi gata mira al otro lado del cristal, donde comienza el mundo, la mañana duda entre trazos de gris y jirones de sol y  la tinta que mancha los periódicos habla de una nueva era. La derecha ganó. No hubo espacio para la sorpresa y en las barras de los bares anoche cundía cierto clima de indiferencia. En la calle, a la intemperie, fumaban los indecisos. Toca decir algo, supongo. Pero ¿qué? Bien, han ganado. Le queda ahora a la izquierda socialdemócrata la tarea de reinventarse si quiere sobrevivir. Le queda a la izquierda de la izquierda gestionar su minúsculo éxito (¿11 diputados frente a la apisonadora de una mayoría absoluta?). Le queda a los activistas callejeros del 15M reanudar su trama y atraer de nuevo para su lucha a las clases medias y no dejarse enredar en el marginalismo de esos grupos que, estos días, se ensucian los pies con acciones y mensajes confusos.
Han ganado y toca emprender la contraofensiva. Al PSOE urge una refundación ideológica y generacional que pueda atraer a tantísimos desencantados que, no sin razón, opinan que el discurso socialdemócrata ha sido aparcado por orden de frau Merkel. A IU todavía le queda la asignatura pendiente de curar su dogmatismo y aspirar a ser partido de gobierno y no permanente buzón de quejas. A toda la izquierda le toca reubicarse en un panorama mediático absolutamente dominado por la derecha y, en gran parte, por la extrema derecha.
Y para todos esos tertulianos y grandísimos periodistas que durante estos meses se han deshecho en cucamonas y requiebros hacia Rajoy y los suyos, mi más sincera enhorabuena. Es vuestro momento. Ahí están, por fin, a vuestro alcance: gabinetes de prensa, programas en radios y televisiones públicas, tribunas... Ah. Dios, qué oficio de mendigos. Pero, bueno, es lo que hay, tampoco vale enfandarse. España y yo somos así, señora.
En fin.
Hubo noviembres más fríos, todavía es otoño, mi gata mira al otro lado del cristal, donde comienza el mundo, y descubre un brillo de nubes que se agitan, cae una hoja, toda esa poesía otoñal, no quiero insistir, han ganado, sí, pero es que la lucha no se desarrolla en el parlamento, está en las calles, las urnas ya no valen, lo ha dicho Merkel, así que tenemos derecho a preservar nuestros sueños hasta que llegue la primavera.

lunes, 14 de noviembre de 2011

LA POSDEMOCRACIA

La democracia parlamentaria tal y como la hemos conocido hasta ahora está muriendo. Las presiones sobre Grecia han obligado a sus dirigentes a renunciar a un referéndum que hubiera dado la voz al pueblo y sustituir tal pretensión por la puesta en marcha de un gobierno tecnocrático que, evidentemente, no ha salido de las urnas. En Italia los mercados han hecho caer a un primer ministro (deplorable pero elegido legítimamente por los votantes) y han colocado en su lugar a un "reputado economista". Cuya reputación y cuyo prestigio, suponemos, nada tienen que ver con su pasado de asesor para Goldman&Sachs, la entidad financiera que trampeó las cuentas griegas y para la cual trabajó Mario Monti. Mejor recordar al Monti que fuera simpático comisario europeo. Tranquiliza mucho más.
Sea como fuere, queda claro que la ciudadanía no puede esperar de sus gobernantes margen de maniobra muy amplio.
El filósofo Jürgen Habermas se ha referido en sus últimos textos a la "vía posdemocrática" que ha emprendido Europa. La posdemocracia.  Ahí es donde estamos. Nuestro voto reducido a la nada.
¿Importa quien gane las elecciones del próximo domingo? Dadas las peculiaridades de España, sí importa en ciertos aspectos. Nuestra derecha es reaccionaria y clerical y eso quiere decir que una victoria del PP podría suponer el fin del matrimonio homosexual, el regreso a una ley del aborto restrictiva, una política de beneficios para la Iglesia católica y, en lo cultural, el acoso al pensamiento progresista y la reivindicación de las corrientes revisionistas con respecto al franquismo.
¿Y en lo económico? Pues, queridas y queridos camaradas, visto lo visto no parece que Rubalcaba, en caso de resultar vencedor, tuviera grandes opciones de torcer el brazo a un capitalismo al cual le sobran los parlamentos y los presidentes electos. A la espera de que la socialdemocracia articule en toda Europa un verdadero proyecto rupturista que ponga en cuestión las idioteces liberales que tantos dan por buenas. Leamos a Krugman y a otros gurús heterodoxos que insisten en que, como en otras grandes crisis habidas hasta ahora, sólo la acción decidida del Estado mediante el gasto público puede aliviar el sufrimiento de la gente y reactivar la economía.
O tal vez lleguemos al punto en que la ciudadanía llegue a la conclusión de que, si las urnas ya no valen para nada, hay que emprender la búsqueda de otras vías para la pelea política. Y refundar La Résistance que se enfrente a los ocupantes de la dictadura financiera. Y sostener la lucha, tal y como sostenía Malcolm X ,"by any means neccesary".

jueves, 10 de noviembre de 2011

PURGATORIO (O EL INFIERNO)

Si el infierno son los otros (dijo Sartre), el purgatorio tres cuartos de lo mismo (se dijo Ariel Dorfman). Irrespetuoso como soy, tengo que comunicar al mundo mi radical discrepancia con la unánime acogida de aplausos y mimos que ha recibido la obra del argentinochileno que interpretan en el madrileño Matadero Viggo Mortensen y Carmen Elías. Como no soy crítico teatral hablaré en el lenguaje de las personas normales: hacía tiempo que no me aburría tanto. Y creo que no fui el único, habida cuenta de que, entre el público, pude contar, al menos, dos seres humanos traspuestos. Por no hablar de esos aplausos que sonaron a pura inercia y cortesía y concluyeron a toda prisa, con el público deseoso de salir a respirar aire fresco tras dos horas de pura y dura matraca.
Primero, el texto. Un texto cargado de simbolismos confusos, intelectualismo de otra época y morosidad extrema. Largo, tedioso, sin apenas momentos climáticos, una sucesión de monólogos con un lenguaje literario hasta el exceso. El purgatorio, nos planea Dorfman, es una cárcel compartida con aquel ser que más odiamos y más amamos. Y Mortensen y Elías se martirizan mutuamente en busca de una imposible purificación. Y martirizan al respetable, con el rabillo del ojo pendiente de las agujas del reloj (¡todavía queda una hora, Madre del Amor Hermoso! masculla alguien en la platea). Dorfman nos plantea un duelo sin emoción y, si la hubiera, ya se encargan actor y actriz de que apenas se perciba.
Los intérpretes. Mortensen, evidentemente, no es actor de teatro. Se trastabilla y tiene serias dificultades para  transmitirnos su discurso. Elías es actriz de teatro en demasía, con risotadas histéricas y estallidos sentimentales a conveniencia y abriendo mucho la boca. Ni rastro de química entre ambos. O sí. Sólo al final, al final del todo, apenas un destello, un atisbo de lo que podría haber sido esta obra si el amor destructivo que ambos personajes se profesan hubiera sido expuesto de modo conveniente. Esa mirada final que ella y él se cruzan en la conclusión del relato, esa mirada (de repente) sí nos electriza. Pero es sólo un instante tras dos larguísimas horas de laberínticas disquisiciones acerca de la venganza y la expiación y la pasión devastadora y bla bla bla.
Este Purgatorio del Matadero fue un infierno para este espectador que aquí les cuenta sus penas. Y menos mal que el patio de butacas estuvo animado, con un teléfono que sonó en uno de los momentos (supuestamente) cumbre y un señor que se peleó a media representación con el acomodador porque se quería cambiar de asiento. Fue lo mejor de la función. Vaya público.
En fin, qué se le va a hacer. Y lo peor es que, si nos descuidamos, echaremos de menos estos purgatorios teatrales (por lo menos arriesgados) cuando Ana Botella, si Dios quiere, acceda a la alcaldía y volvamos a la política cultural de Álvarez del Manzano, aquel edil que tuvo ocho años el Teatro Español dedicado casi en exclusiva a representar reposiciones de La venganza de don Mendo. Tiempos nuevos, tiempos salvajes.

PURGATORIO (O EL INFIERNO)

Si el infierno son los otros (dijo Sartre), el purgatorio tres cuartos de lo mismo (se dijo Ariel Dorfman). Irrespetuoso como soy, tengo que comunicar al mundo mi radical discrepancia con la unánime acogida de aplausos y mimos que ha recibido la obra del argentinochileno que interpretan en el madrileño Matadero Viggo Mortensen y Carmen Elías. Como no soy crítico teatral hablaré en el lenguaje de las personas normales: hacía tiempo que no me aburría tanto. Y creo que no fui el único, habida cuenta de que, entre el público, pude contar, al menos, dos seres humanos traspuestos. Por no hablar de esos aplausos que sonaron a pura inercia y cortesía y concluyeron a toda prisa, con el público deseoso de salir a respirar aire fresco tras dos horas de pura y dura matraca.
Primero, el texto. Un texto cargado de simbolismos confusos, intelectualismo de otra época y morosidad extrema. Largo, tedioso, sin apenas momentos climáticos, una sucesión de monólogos con un lenguaje literario hasta el exceso. El purgatorio, nos planea Dorfman, es una cárcel compartida con aquel ser que más odiamos y más amamos. Y Mortensen y Elías se martirizan mutuamente en busca de una imposible purificación. Y martirizan al respetable, con el rabillo del ojo pendiente de las agujas del reloj (¡todavía queda una hora, Madre del Amor Hermoso! masculla alguien en la platea). Dorfman nos plantea un duelo sin emoción y, si la hubiera, ya se encargan actor y actriz de que apenas se perciba.
Los intérpretes. Mortensen, evidentemente, no es actor de teatro. Se trastabilla y tiene serias dificultades para  transmitirnos su discurso. Elías es actriz de teatro en demasía, con risotadas histéricas y estallidos sentimentales a conveniencia y abriendo mucho la boca. Ni rastro de química entre ambos. O sí. Sólo al final, al final del todo, apenas un destello, un atisbo de lo que podría haber sido esta obra si el amor destructivo que ambos personajes se profesan hubiera sido expuesto de modo conveniente. Esa mirada final que ella y él se cruzan en la conclusión del relato, esa mirada (de repente) sí nos electriza. Pero es sólo un instante tras dos larguísimas horas de laberínticas disquisiciones acerca de la venganza y la expiación y la pasión devastadora y bla bla bla.
Este Purgatorio del Matadero fue un infierno para este espectador que aquí les cuenta sus penas. Y menos mal que el patio de butacas estuvo animado, con un teléfono que sonó en uno de los momentos (supuestamente) cumbre y un señor que se peleó a media representación con el acomodador porque se quería cambiar de asiento. Fue lo mejor de la función. Vaya público.
En fin, qué se le va a hacer. Y lo peor es que, si nos descuidamos, echaremos de menos estos purgatorios teatrales (por lo menos arriesgados) cuando Ana Botella, si Dios quiere, acceda a la alcaldía y volvamos a la política cultural de Álvarez del Manzano, aquel edil que tuvo ocho años el Teatro Español dedicado casi en exclusiva a representar reposiciones de La venganza de don Mendo. Tiempos nuevos, tiempos salvajes.

martes, 8 de noviembre de 2011

¡GANÓ RUBALCABA!

Paisaje después de la batalla. En la devastación y el humo posterior a la contienda, a primera hora de la mañana, leo la prensa, echo un vistazo a las portadas de los periódicos de la derecha rampante, buceo en los análisis de las cabeceras razonablemente progresistas e imagino a Rubalcaba y los suyos sumidos en la más negra melancolía. El periodismo es un oficio muy cercano a la mendicidad y, por tanto, no es extraño que quienes ayer se daban a la más extrema adulación cuando Alfredo era ministro esquiven su saludo hoy que, con la cabeza alta, avanza hacia el sacrificio. No somos muy diferentes de aquellos gacetilleros harapientos que, en tiempos de Valle-Inclán, dormitaban en las redacciones caldeadas al abrigo de capas con tufo a anís. Hay que comer y Rajoy es quien nos dará de comer en los próximos años y tendrá televisiones, publicidades, diputaciones provinciales. Así que, por unanimidad, Rajoy ha vencido en el combate televisado. Incluso el diario El País concede la victoria al candidato del PP basándose en una encuesta realizada ¡a 500 personas! Tan pobre muestra sustenta el titular de portada y luego el editorial no aclara gran cosa y al lector progresista se le ponen los ojos como a CandyCandy, con reflejos de agua al borde de las lágrimas.
Bueno. Si no lo dice nadie, lo diré yo: ganó Rubalcaba. Venció el debate. Lo cual no supone que ganase un solo voto más de los que pronostican las encuestas. Pero algo es algo. Cantan los Tachenko: "Y ahora todo lo que queda/ es pasarlo bien./ Que el partido está perdido/ ya lo sabéis". A Rubalcaba sólo le queda pasarlo bien en una pelea que sabe casi perdida. Y Rubalcaba peleó.Y Rubalcaba llevó las riendas del debate, atacó a su adversario hasta acorralarlo, dejó claras cuáles son sus propuestas y, sobre todo, obligó a Rajoy a retratarse. El registrador de la propiedad metido a político se mostró más balbuceante que nunca y se negó a concretar qué hará en caso de acceder al presidencia del gobierno.
La principal crítica a Rubalcaba es haber dado a Rajoy como ganador y dirigirse a él como futuro presidente. El tópico lo repiten todos y cada uno de los sesudos analistas de la prensa española. El periodismo político tiene sus códigos y tecnicismos y sinergias propias y ya ayer en twitter, una vez alguien lanzó la idea, fue recogida y amplificada y se cimentó el consenso grupal. Yo creo, sin embargo, que la única opción que tenía Rubalcaba es actuar como actuó, a la ofensiva, colocar al espectador en la idea precisa de que Rajoy puede llegar a ser presidente y alertar sobre ello y acosar a su contricante con el objeto de que admita cuál es esa agenda oculta que, en realidad, de oculta no tiene nada pues ya la están aplicando las comunidades autónomas en manos del PP.
Y, así, de hecho, Rubalcaba logró que Rajoy se mostrase tal como es: dubitativo, perezoso en sus argumentos, inconcreto, incapaz de afirmar categóricamente que no tocará el subsidio de desempleo, incapaz de afirmar categóricamente, en realidad, casi nada. Y, aunque con la boca pequeña, evidentemente opuesto al matrimonio homosexual y, al parecer, dispuesto (con el caos administrativo que ello provocará) a eliminarlo.
Eso sí, el problema de Rubalcaba es que su credibilidad se resquebraja cuando, de repente, nos acordamos de que ha pertenecido a un gobierno que ha hecho una reforma laboral para abaratar el despido, nos ha colocado la edad de jubilación más lejos y, sí, se ha preocupado más de ayudar a los bancos que a los hipotecados. Pero es que enfrente Rajoy no apareció en ningún momento como presidente, como líder de un país necesitado de liderazgo. Vamos, a no ser que nos contentemos con un líder que se trastabilla, todo se lo tiene que apuntar para leerlo luego y opina que Cazalla es un pueblo de Cádiz. Eso sí, ambos estuvieron pésimos en sus respectivas intervenciones finales, carentes de toda épica y emoción.
Pero Rubalcaba ganó. Sé que no es políticamente correcto sostener tal tesis. Y que los sabios han dado su veredicto en sentido contrario. Pero la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero. Bueno, tampoco exageremos. La opinión es libre, quiero decir. Y lo más penoso es que el debate pasó y no habrá otro. Menuda democracia de mierda en la que los dos partidos principales pactan un solo combate y nos dejan sin partido de vuelta.

lunes, 7 de noviembre de 2011

TEATRO Y TOS

"Al teatro se viene tosido" exigía el legendario Alberto Closas. Cuánta razón. Y si sólo fueran toses. El otro día acudí a las Naves del Español, en el Matadero, a la representación de Infinita (teatro de máscaras silente) y menos silencio hubo de todo. Sólo faltó que algún espectador se tirase un pedo lo suficientemente estruendoso como para exaltar los ánimos. No hubo pedo, que al menos hubiera provocado las pertinentes risitas, pero sí un continuo runrún en las butacas. El público, en gran parte cincuentón o sexagenario, apostillaba cada movimiento ejecutado en el escenario de la siguiente manera:
- Mira, se ha movido.
- Se ha sentao.
- Huy, le pega.
- Ay, que le da.
- Oi, por Dios.
- ¿Tienes cleanex?
- ¿Qué hora es?
- Alfonsa, Alfonsa...
En la oscuridad de la platea se sucedían los ruidos, una sinfonía de susurros entrecortados, roce de abrigos, suspiros como de agonía, carcajadas a destiempo, estornudos, jadeos, una señora que se levantó y se fue a la mitad de la representación. Que, por cierto, era tirando a mala pero no para tanto. Y de hecho a los espectadores allí presentes les gustaba lo que veían. Lo sé porque lo decían todo el rato.
- Qué bueno.
- Qué risa.
- Qué divertido.
- Qué cosas.
- Alfonsa Alfonsa...
No había quietud, no había manera de concentrarse en la escena, no había paz para los malvados ni para los menos malvados y en las sienes, de la tensión y de apretar los dientes, se me estaban poniendo las venas como morcillas de Burgos. ¿Qué hacer? ¿Mandar callar? ¿Sacar la pistola? Aguantar. Es la única receta. Rogar silencio sólo lleva a que el amonestado se rebele y contraataque con más decibelios. Así que aguanté tralla y seguí escuchando a mi alrededor frases cada vez más enigmáticas:
- Debajo de la silla.
- Las nueces.
- Vi cigüeñas.
- La barba.
- Alfonsa, Alfonsa...
Y así hasta que concluyó la representación, con ovación y vuelta al ruedo y una colosal traca final de bravos muy por encima de la altura del espectáculo que habíamos visto.
Así fue. Así se lo cuento. ¿Por qué? ¿Por qué esa pulsión irreprimible por parte del respetable que le lleva a una ruidosidad imparable?
Creo que comienzo a entender eso que cuentan de Gracita Morales. Dicen que cuando la gran cómica hacía teatro, antes de comenzar su trabajo, miraba a través del telón al público tomando acomodo en los asientos y comentaba:
- Ya están ahí esos hijos de puta.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

NENE, LA DEMOCRACIA NO SE TOCA

Grecia nos aboca a un Armagedón de padre y muy señor mío y encima en pleno puente de Todos los Santos, ya es falta de cortesía, y al pobre Sarkozy casi se le cae la niña al suelo del susto que se llevó al enterarse del cataclísmico suceso. Grecia quiere convocar a su pueblo a que se pronuncie sobre un plan de rescate que los mandarines pertinentes ya habían consensuado entre ellos, Merkel no sale de su asombro. Estos gilipollas se creen que porque inventaran la democracia pueden aplicarla a su antojo, dicen que ha dicho la canciller. Grecia es culpable. ¡No, no, no y no! A los ciudadanos no se les puede preguntar ciertas cosas. A los ciudadanos mejor no consultarles nada. Por si acaso. Ah, ya escucho a los rigoristas, a las personas de orden, a los urdidores de la trama: No es el Momento, No Ahora, Hace Cinco Meses, Dentro de Cinco Meses, Nunca, Europa Es una Democracia de Líderes, Las Reglas del Juego, La Hecatombe. Bla, bla, bla. Demos por clausurada la democracia o aceptemos todos sus dispositivos, referéndum incluido. Y entiendo las razones de quienes ven en la jugada de Papandreu dosis letales de oportunismo, electoralismo, populismo (certero análisis al respecto de Íñigo Sáenz de Ugarte en http://guerraeterna.com/) pero, amigos, la soberanía popular es así, no la he inventado yo. O tal vez, tal vez, en fin, lo que sucede es que la democracia es una mentirijilla piadosa y no nos hemos dado cuenta. O tal vez, tal vez, en fin, la democracia sólo es un elemento ornamental, una figurita de Lladró tras el cristal que se coloca fuera del alcance de los niños no vaya a ser que la rompan, nene, no se toca. Grecia ha incendiado Europa. Y entre las llamas sestea Kanelos, el perro mestizo que peleó en todas las algaradas atenienses recientes. Guau, exclama satisfecho. Es el fuego. Pero también es la democracia.

lunes, 31 de octubre de 2011

DOMINGO POR LA TARDE EN LA LATINA

Discurre la tarde en un tufo a ginebra y maíz tostado en las bocas de los concurrentes, se cae el limón al suelo, la nicotina tizna de voces la puerta de los tugurios y Madrid, Distrito Latina, es una mezcolanza de bárbaros llegados del extrarradio con las cejas reducidas a un mero rastro y cachorros del barrio de Salamanca con ánimo de apareamiento. Esto es España, una delirante celebración de la vida mientras hace aguas el sistema entero. La Latina un domingo por la tarde es el búnker de Hitler donde Eva Braun baila el chachachá a la espera de los rusos, disfrutamos de este sol de verano tardío y que le den por culo al futuro. Pero entre trago y trago nos miramos en el espejo y lo que vemos espanta. Lola, de Barcelona, lleva dos años buscando trabajo. Ha abrazado el vegetarianismo y se ha esfumado su subsidio de paro. No me llames Dolores. Llámame Lola. Dice. Charlie se ha comprado una máquina de hacer cigarrillos y así ahorra en tabaco. Está sin curro. Me cuenta que Manu trabaja por 7 euros la hora en la tele. La semana pasada se sacó 14 euretes, le llamaron un día solamente para un concursito y es lo que hay, chaval. Vanesa tiene contrato hasta diciembre. Navidades blancas. Noche de paz. A Torcu le han bajado el sueldo ya dos veces este año. A Lolo le han dicho en su banco que esto no es nada, que en cuatro o cinco años estaremos en la gloria y a empezar de nuevo. Calcula: o sea, cuando cumpla 45 palos podré reiniciar mi proyecto vital. ¡Yupi! En fin. Tampoco es para tanto. No les voy a contar mis penas. Cinco millones de seres humanos se hallan en España sin oficio ni beneficio pero, amigos, quedan los domingos por la tarde en la orilla izquierda de La Latina. Todavía puedes ver una actriz de moda degustando un pastel de zanahoria en la luz angosta del Délic y alguien jura que atisbó a Javier Bardem en el bar de su hermano y que degustaba junto a Woody Harrelson un aromático mojito cubano. Después vendrá la resaca y las ganas de cargar la pistola y los desamores, sniff, pero qué caramba, que se joda el mundo, Eva Braun nos saca a bailar y cuando vengan los rusos ya veremos.
Somos los pistoleros de Grupo Salvaje avanzando decididos hacia la aniquilación. La cabeza bien alta. El arma presta a disparar.

jueves, 27 de octubre de 2011

HACIA UN IV REICH

Disparato en el encabezamiento aunque no tanto. Alemania vuelve por donde solía, Über Alles, abandonados obsoletos complejos y convencida de su superioridad frente a una Europa cuyo sur es entendido como lastre o soleado patio trasero donde celebrar despedidas de soltero y fiestas de jubilación. Angela Merkel pertenece a una generación a la que el nazismo ya no averguenza, quedó muy atrás, es cosa de nuestros abuelos, y en el caso de la canciller seguramente esa indiferencia se acentúa por haber nacido en una RDA que siempre se soñó limpia del pecado original del Holocausto gracias a su ubicación del lado soviético. Así pues, nada impide a la Merkel mostrase al mundo como emperatriz no de Lavapiés (más quisiéramos) sino de una Europa a la que le tiemblan las piernas. A su lado, Nicolas Sarkozy se coloca de puntillas y finge ademanes napoleónicos. Pero no. Manda el Bundestag y el problema es que, para eso, no hace falta que vayamos a votar el próximo 20 de noviembre. La democracia disminuida de los mercados tiene su máxima expresión en esas cumbres europeas donde Merkel ordena y la tropa obedece. Simplifico pero no creo alejarme de una realidad que Claudi Pérez en El País dibuja parafraseando paródicamente a Lineker: "El euro es una especie de juego de 17 contra 17 en el que siempre gana Alemania".
Confieso que me extravío en las complejidades económicas de lo que se ha decidido en Bruselas pero, leyendo a quienes de esto saben (el citado Claudi Pérez, Xavier Vidal-Folch, Ernesto Ekaizer), logro entender que, frente a propuestas flexibles, se imponen políticas de ingenieria financiera y recortes que pueden condenar a los países desfavorecidos de Europa a una recesión de años y que tienen casi como exclusiva beneficiaria a la próspera Alemania.
Y, para colmo, hemos de soportar periódicamente despectivos comentarios de la Merkel y sus ministros, acusando a los países mediterráneos de perezosos y atrasados. Como cuando, por ejemplo, la canciller alemana señaló (erróneamente) que los españoles teníamos más jornadas festivas que berlineses o bávaros.
En tiempos de Helmut Kohl el nacionalismo estaba mal visto en Alemania. Ahora parece que no. Los intereses de Alemania por encima de todo. ¡Griegos quebrados, vended vuestras islas! clamó en portada una muy difundida revista germana cuando comenzó el caos heleno. No hay piedad alguna para los trabajadores griegos que nutren a diario las cifras del paro y pierden derechos sociales. Las exigencias a la banca no se dirigen hacia un control real de sus excesos o a esa difusa idea de que los bancos repartan un "dividendo social" al sector público en pago a las ayudas estatales (lean a Vidal-Folch acerca de esto). Alemania por encima de todo. La Alemania que prosperó vendiendo automóviles a países como España y se benefició también de la burbuja del ladrillo.
No soy, evidentemente, un experto en economía. Simplemente soy un ciudadano atento que, cada vez que mira a Bruselas, contempla la foto de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy en pose imperial y en torno a ambos los parientes pobres que asienten a todo. Come y calla. (Luego están los británicos que, como casi siempre, están a los suyo, al otro lado del Canal, con sus bombines y su indolencia).
Hacia un IV Reich titulo en arriesgada hipérbole. Alemania nos mira por encima del hombro. Eso sí, admite la canciller, a los españoles la sangría nos sigue saliendo riquísima.

miércoles, 26 de octubre de 2011

OTOÑO EN MADRID HACIA 2011

El monzón está ahí fuera. Golpeo las teclas de mi vieja Godrej&Boyce. Yakarta bajo la lluvia. La ginebra atenúa una inminencia de fiebre que asciende en espiral junto al humo de los cigarrillos y la última luz de la tarde, detenida al otro lado del cristal de la ventana. El año que vivimos peligrosamente. La existencia que soñamos. Pero no. Es otoño en Madrid hacia 2011 y la urbe adquiere el tono dorado de las hojas secas dispersas por el asfalto. Amo esta puta ciudad y, por ello, deseo consignar tres desgracias que han acaecido o están acaeciendo en la Villa y Corte. La primera de ellas es la clausura definitiva de Albania, tienda de ropa de la calle Hortaleza que durante años ha surtido de camisetas neokitch a miles de jóvenes y no tan jóvenes, buceando en la iconografía infantil de quienes nacimos en los 70: Naranjito, Mazinger Z, Bud Spencer y Terence Hill, los Payasos de la Tele. Pero antes de eso, mucho antes, Albania fue catacumba de los primeros cristianos que modelaron la Movida. La cartelería de los grandes conciertos de los años 80 guarda casi siempre en una esquina la referencia impresa a Albania, lugar donde acudir en pos de la entrada pertinente para gozar de Divine, Jonnhy Thunders, Siouxsie&the Banshees y demás monstruos de la vieja modernidad. En concreto, yo poseo la reproducción de un cartel mítico: el que anunció hace tantísimo tiempo la actuación de Depeche Mode ¡en la Escuela de Caminos! Albania descansa ya en paz. Como descansan en paz para siempre los últimos carteles pintados a mano que anunciaban los estrenos de cine en la Gran Vía. El Palacio de la Prensa, donde aún resistían esas creaciones pictóricas gigantescas y tan peculiares, se ha pasado a la electrónica, perfilando junto al cine Callao un paisaje urbano cercano a la estética de la mítica Blade Runner. Nadie ha derramado una sola lagrimita. Lo hago yo, añorante de esa vieja Gran Vía de mis doce años, repleta de pintura sobre enormes lienzos con las grandes estrellas de Hollywood y Los Goonies mal dibujados y ET con la cara rara pero, qué caramba, tan madrileño y excepcional porque en ningún país de Europa existía equivalente a tan artesanal artefacto publicitario y, según cuentan, sólo en India o Egipto hubo o hay cartelería semejante. Dos pequeñas desgracias y una tercera en marcha o tal vez sea mi intransigencia de peatón excesivamente irritable la que me provoca tal desazón. A ver qué opinan: Gran Vía 48, donde estuvo el Banco Atlántico, justo al lado de la preciosa arquitectura del mencionado Palacio de la Prensa, se erige un nuevo edificio. ¿Y cómo es? Sencillamente espantoso y, sobre todo, ajeno a las líneas arquitectónicas que mandan en la principal arteria de Madrid. Pasen y vean: http://www.granvia48.com/jcms/jcms/lead_97412/granvia48-lt-home. Pero ¿qué coño es esto? Hemos vuelto a los años 60 y 70, cuando se daba carta blanca para construir sin respeto alguno a la estética y al mero sentido común. ¿Volveremos a asistir a la edificación de monstruosidades como los antiguos Cines Luna (abandonados a su suerte e inmersos de una suciedad cósmica) o las Torres de Colón (mejoradas, si cabe, mediante el famoso enchufe de sus cumbres)? Gran Vía, 48. Un monumento a la fealdad que sigue construyéndose sin que a nadie le importe un pimiento. ¿O seré yo quien tenga el sentido estético distorsionado? En fin. Menos mal que Madrid sobrevive a cualquier catástrofe. Ahora me voy a la Puerta de Tannhaüser a ver si atisbo los rayos-C cuyo resplandor se perderá, claro, cual lágrimas en la lluvia. El año que vivimos peligrosamente. El monzón está ahí fuera. En Yakarta ha oscurecido.