miércoles, 5 de junio de 2013

CAMAREROS POR EL MUNDO

En España el patriotismo consiste en meterse con los catalanes y el fúlbol. Somos unos patriotas realmente raros porque luego, sin embargo, no nos importa en absoluto que nuestros jóvenes limpien platos por toda Europa. En Londres no cabe un camarero más de origen español así que ya los que se largan a la lluviosa Gran Bretaña están recalando en sombríos villorrios de Gales o Escocia, donde hay pintas que servir y buenas propinas con las que comprar sopa de sobre para este invierno que no termina nunca. Los jóvenes españoles (eso sí, lustrosos y con licenciaturas e incluso costosos masters a las espaldas) viven en los suburbios londinenses como bangladesíes en Lavapiés pero como son muy jóvenes todavía no les escuece el orgullo y ríen la aventura que (confían) contarán a sus nietos. Ah. Sí. La aventura está bien. Yo mismo estuve a punto de ser emigrante y volé a Argentina y engordé diez kilos comiendo en Lalo a altas horas de la madrugada pero no pudo ser, tuve que volverme (sniff) no sin antes haberme reunido muy cerca de San Telmo con un directivo de televisión que me mandó para casa tras conferenciarme a lo largo de tres amenas horas. Aquí mandas un correo electrónico y ni te contestan. No pido yo tres horas cada vez que me rechacen en un trabajo pero ni tanto ni tal calvo.
Volviendo al asunto que nos ocupa, reflexionemos sobre qué queremos ser de mayores. Los alemanes todavía utilizan la expresión "orgulloso como un español" y no entiendo muy bien por qué. Del viejo orgullo poco nos queda y nuestra única aspiración es servir sangría o chucrut, lo mismo nos da. Veo en el periódico que se ha promocionado la Marca España en Bruselas y el ministro de Exteriores se ha llevado para allá a dos que bailan flamenco, unos cuantos diseñadores de moda y, sobre todo, tapitas a todo trapo. Olé. Podría haberse acompañado Margallo de algún escritor o músico, de investigadores de alto nivel o actores de los que trabajan en Francia o Hollywood. Pero no. Ya sabemos que a lo que aspira este país es a colocar a las afueras de cada ciudad una imitación de Las Vegas. Los científicos huyen despavoridos y el I+D+I son los 5 botellines por 3 euros de La Sureña.
No hay nada de malo en ser camarero pero no tengo claro que un país pueda crecer basando su modelo económico exclusivamente en los bares o en exportar al mundo empleados de hostelería. De algo hay que comer, no obstante. Y, sin embargo, yo (tan de izquierdas) tengo mi corazoncito patriota y me gustaría que mi país brillase por otras cosas. Ah, sí, también está la selección de fútbol y Rafa Nadal. Menos da una piedra.
Hubo un tiempo en que España daba al mundo poetas. García Lorca todavía atrae a multitud de lectores internacionales. El manco de Lepanto, no digamos, aunque a Nabokov el Quijote le pareciera espantoso y no entendiera que a alguien le hiciesen gracia las crueldades infligidas a un anciano con claros síntomas de trastorno mental. También tuvimos a Buñuel y a Cajal y a Severo Ochoa. Carlos Saura o Pedro Almodóvar llenaron salas de cine a lo largo y ancho del planeta. No nos podemos quejar del éxito de nuestros empresarios textiles y creo que también somos buenos en alguna otra cosa pero ahora no me acuerdo.
Aún así estos tiempos miserables dan para lo que dan. Y dan, ahora mismo, para que nuestros jóvenes (y no tan jóvenes) hagan la maleta y se larguen a Berlín, Manchester o Lieja y se conviertan en la carne de cañón de la taberna global. Y no por libre elección sino porque, niéguelo González Pons o su porquero, España ha vuelto a ser un país pobre y sin aspiraciones. Y eso duele a un verdadero patriota.


5 comentarios:

  1. Desgraciadamente, no puedo estar más de acuerdo con todas y cada una de tus palabras. Con tu permiso, te copio tu sinonimia de I+D+I...jajaja, me rio por no llorar!! qué pais...

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  2. Magnífico blog!!! Y quizás mi canción favorito "riders on storm"....salud y república!!!

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  3. muy buenas palabras, que tocan y de más cuando eres de los que has cogido la maleta porque en tu sanidad no tienes cabida. No soy de la parte de la hostelería, pero en la parte que me toca, Alemania nos trajo como titulados universitarios para pagarnos menos que a su "Volk" armados con un módulo de un sólo año. Estoy contigo, de que España duele cuando se vende sólo de risas, palmas y bulerías, somos mucho más que eso y deberíamos recuperar un poco de nuestro orgullo y defender lo bueno que hemos tenido.

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  4. Acabo de descubrir tu blog a través de Twitter. Me encantó este post. Soy licenciada, al borde de la treintena, tengo tres másters y hablo cuatro idiomas...si mañana me llaman para trabajar 20 horas semanales en el McDonalds (o incluso menos) llamaré a mis familiares y amigos sintiéndome afortunada. Es tan triste lo poco con lo que empezamos a sentirnos afortunados...Soy de tierra de fuertes raíces; el día que amanezco pensando que quiero irme me acusan de ser una "descastada" el que decido quedarme me acusan falta de iniciativa, de no tener aspiraciones y de "comodona". ¿Por qué debo buscar y dar excusas para quedarme en mi país, en mi tierra? ¿No debería ser un derecho poder residir en tu propio país? Hablabas de emigrar...a este paso y con el color que están tomando las cosas pronto empezarán a pedirnos un contrato de trabajo para dejarnos residir en nuestra propia tierra. Esta "nación" - qué risa nerviosa provoca esa palabra- ya huele a naftalina.

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