viernes, 3 de febrero de 2012
SARA GONZÁLEZ HA MUERTO
Ha muerto una trovadora. Una mambisa de inquebrantable intransigencia, tan equivocada, niña de Cayo Hueso, con las barbas de Fidel por bandera hasta el final, siempre gorda y libre, la mujer que amaba a las mujeres y, por encima de todo, la mujer que amó una patria socialista que fue sueño de un solo instante y después carcoma y óxido. Ha muerto una trovadora y me acuerdo de ella porque, cuando yo era un crío, escuchaba su voz en un viejo vinilo, su voz de verdadera creyente, su voz que enunciaba los santos lugares de la rebelión: Moncada, Santa Clara, Playa Girón. La nueva trova en vivo.1976. Junto a Sara González, Amaury Pérez y Pablo Milanés. Entre canción y canción, gritos entusiastas del público: "Cuba sí, yanquis no". Aquel viejo disco inducía ensoñaciones de una épica guerrillera donde todo brillaba y era limpio y sencillo y sobre el verde olivo refulgía el blanco inmaculado de una paloma detenida en un hombro libertador. "Bolivar lanzó una estrella que junto a Martí brilló, Fidel la dignificó para andar por estas tierras" resumía Pablo, aquel, no el de hoy. A veces pienso que estaría bien que las cosas volvieran a ser tan sencillas y limpias y claras como lo fueron en algún momento y que concibiéramos esperanzas, incluso equivocadas. Nada puede ser peor que esta sensación de deriva inmóvil, a la espera de que mayo nos regrese a la vida. Ha muerto una trovadora y conoció la victoria y se negó a mirar hacia las sombras y por eso nunca admitió derrota alguna y era, aún con canas, esa gorda libre que sobre el escenario, con poncho y pantalón de campana, exaltaba a la juventud que anhelaba un mundo nuevo . Esa joven que abría los brazos y lanzaba sus versos hacia el combate: " Hoy se camina confiado por los surcos de la Historia, donde pelearon los héroes para alcanzar la victoria. Canto y llanto de la tierra, canto y llanto de la gloria, y entre canto y llanto de la guerra, nuestra primera victoria".
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"A veces pienso que estaría bien que las cosas volvieran a ser tan sencillas y limpias y claras como lo fueron en algún momento y que concibiéramos esperanzas, incluso equivocadas. Nada puede ser peor que esta sensación de deriva inmóvil, a la espera de que mayo nos regrese a la vida"... Touché
ResponderEliminarCuando cambia el rojo color del cielo
Eliminarpor el blanco color de palomas
se oyen las campanas de los hombres
que levantan sus sonrisas de las lomas
(...)
Gracias eternas, Sara. Igual a usted, Wislawa.